Violencia Familiar Desde una Perspectiva Sistémica

Consideraciones Preliminares

La violencia familiar es tema de preocupación creciente tanto a nivel público como privado. El aumento en la visibilización de la problemática femenina, que es sin duda uno de los resultados más irreversibles del nuevo movimiento de mujeres a nivel mundial que surge a partir de los años de la década de la Mujer, 1975 - 1985, ha logrado sensibilizar y concientizar a la opinión pública y a sus dirigencias en la problemática de la violencia familiar.

Sin embargo, muy poco se ha investigado sobre esta temática, sus características, particularidades, tipos de agresores, de víctimas y de contextos. Importa señalar asimismo que aún cuando se utiliza la denominación "Violencia Familiar" ello no implica que se esté trabajando en la elaboración de estrategias para su prevención y tratamiento desde una perspectiva sistémica, sino que el concepto es generalmente utilizado para violencia que se da en el seno familiar, es decir, dentro del ámbito doméstico, dentro del hogar.

Así es que, aún cuando se utiliza terminología sistemática, el abordaje es individual: se trabaja en violencia contra la mujer y en violencia contra los niños. Por su parte, no existe suficiente información sobre organizaciones que trabajen en la problemática de la violencia contra los ancianos; tal vez la inexistencia hasta hace muy poco de canales adecuados para su denuncia o para su atención impiden contar con información relevante, pero quienes trabajan con este sector etario saben de su existencia, de la enorme vulnerabilidad de los ancianos y de su impotencia ante este tipo de situaciones.

La violencia familiar, así como todas las manifestaciones del sistema familiar debe estudiarse desde una perspectiva sistémica y debe incorporar la dimensión de género en el análisis de la problemática que el sistema presenta. Estudiar la violencia familiar desde una perspectiva sistémica implica tomar en cuenta a todos y cada uno de los integrantes de la familia en sus relaciones e interacciones y no a individuos aislados de su contexto familiar. La incorporación de la dimensión de género al análisis de la problemática, conlleva la elaboración de un marco de análisis de género diferencial frente a los enfoques supuestamente nuestros (genderblind approaches) que eliminan de un plumazo una serie de alternativas válidas en la consideración de los problemas familiares. Existe evidencia empírica suficiente para afirmar que la negación de la dimensión de género ha provocado efectos negativos adversos sobre las familias atendidas por problemas de violencia.

* Post-Grado en Ciencias Sociales. Especialización: Familia